NAVEGANDO EN MI PROPIO PLACER

Otro trabajo del taller de escritura erótica del año 2011 espero lo disfruten

NAVEGANDO EN MI PROPIO PLACER

Me duele la cabeza, la cabeza me duele. Duéleme la cabeza. Estoy cansada y no quiero escribir, no quiero hacer nada. Nada más que llegar a casa, tirarme en mi cama y dormir, dormir y no despertar; o quizás despertar, abrir los ojos y verme en los tuyos como ayer, como antes, como siempre.

Te extraño y tengo miedo de que ya no estés. No sé qué escribir, esta tarea es difícil, sobre todo para mí, que soy muy introvertida. ¿Qué hago aquí? ¡Ah! Ya, si ya estoy.

Nunca pensé tener que contar cosas tan mías, tan oscuras, escondidas. Encender la luz para que me vean desnuda. ¡Oh, qué fuerte!

�

�Cómo se dice, cómo se hace, o cómo se cuenta, cómo se escribe o cómo se describe? No quiero hablar, no quiero decir y si lo digo…
Por qué dar tantas vueltas para contar algo tan normal, es que ¿de veras es normal? Ay, qué dilema, me pierdo en mis palabras.
Es como querer decir muchas cosas, pero no puedes hablar. Es como el que me mira, sufre, le duele su dolor, sin embargo, no me dice nada, morirá así con la agonía de no expresar el amor que nunca dio a ninguno de sus hijos.
Qué estupidez estoy escribiendo, vueltas y vueltas en mi cabeza que aún me duele y atormenta, sí, llegaré al final, lo diré.

Eres tú, sí, el que cada día tiene una tarea para mí. Sí, una tarea para sentirme querida. ¿Me ves? Ayer fue una rosa, un pretérito que ya se fue, lo recuerdo, sí, como si fuese ayer.
Con agua, para hacer renacer el deseo de mi piel, el agua eres tú. Unto mis manos en ella y luego contornea por mi cuerpo, mi cuello, las sensaciones despiertan.
Ahí estás tú, me hablas, me observas, me guías. Me gusta que me veas, que me sientas y sentirte. Me he puesto el camisón, ese que tanto te gusta, mis colores cambian, así me lo haces notar.
-Acércate…-
Yo escucho atentamente, ahí en tus letras, esas que me hablan de tu deseo, ese deseo que me hace sentir viva en cuerpo y alma.

Me enseñas sin miedos, sin restricciones. Eres libre como yo, dos locos para el amor.

-Tócate para mí, me dices, soy obediente y sé que eso te excita tanto, como para mí el que me veas. Soy una chica traviesa, un personaje sin tapujos, sin inhibiciones, solo el pc y yo y ¿tú? Sí, tú en la lejanía me incitas y vuelvo a sentir esas agradables cosquillas en mis manos, en mis pies.
No corro, estoy ahí y tú estás en mí, comienza el juego. Mis manos reemplazando las tuyas en esta piel que siente y goza. Las sensaciones no las puedo esconder. Me toco mis pechos, bordeando mis pezones hasta endurecerlos. Hacen encender el calor de mi cuerpo; desabrocho un poco para dejarte ver parte de mis senos. Poco a poco, bajo mis manos mojadas en agua recorriendo mis muslos, acariciándolos. Luego froto mi sexo por encima de mis bragas… Me estremezco. Sigo tu voz, que está en mí, me ves, me sigues, solo mi rostro, mis expresiones. Eso te calienta y hace un solo sentir de tus ganas y las mías, de tu piel y mi piel. Te siento, me sientes, estamos juntos. No hay distancias ni límites para el deseo.

-Quítate las bragas. Nuevamente tu voz la oigo en mi alma, que se involucra en mi deseo. Quiero más. Y tu chica traviesa, o sea yo, la levanta para que la veas, la huelo, así, como te apetece. Te provoco y me entusiasmo más, me lleno de ganas, de deseos, de placer.

Vienes a mí en mi mente como una ficción, eres virtual, pero es mi deseo, lo que me gusta. Imaginar tu sexo cuando endurece y se erecta para mí. Mis dedos reemplazan tu virilidad.
Entro en mi interior, despacio, suave, lento me estremezco, lento me relajo. Vuelvo atrás, fricciono mi clítoris con una mano mientras la otra hurga en mi sexo más hondo, ¡ah! Siento que voy a reventar. Palpitaciones en mi coño, hacen que convulsione, me tiro hacia atrás, se acelera mi ritmo cardíaco y el vaivén de mi vientre.
Siento fuego, más pido, más entra y sale la dureza de mis dedos, más rápido, me falta el aire, mis flujos me hacen sentir que soy tuya, tu mujer. Por fin, termino en un orgasmo intenso llena de ti… ¡Ay, qué rico se siente! Estás aquí dentro de mí como nuestro juego del agua, sí, eres agua en mi piel.
Se va la chica traviesa y aparece la mujer. Mis lágrimas se mezclan con mis deseos, mis emociones emanan en corrientes como mi carne, que está viva, viva para ti, aunque no estés aquí.