SE ME FUERON

Se me fueron las sierras,
los montes y sus valles.
Se me fueron los sueños que sembraron,
por la sorda rendija de los años,
que tanto me importaron,
sin que a nadie le importara,
cuánto de bueno me dejaron.
Se me fueron los collados y su luz,
la redondez de las lomas
que depósito fueron,
de mis floridos sueños,
que para vivirlos me cuidaron.
Se me fueron las mañanas soleadas,
los regatos y torrentes saltadores,
las sombras de las noches lunadas,
que llenaron de temores.
Se me fueron los arroyos bailadores,
las riberas de bellos colorines,
los jilgueros que poblaron
alamedas, de sonoras soledades.
Me ha quedado la nostalgia,
el sabor sombrío del asfalto,
un río en tropel de escalofríos,
corriendo por el seno de mis venas,
vómito de mi cuerpo desolado.
Necesito las cumbres y su luz,
donde nace fulgente la mañana,
luminoso reino donde
Eolo
reina feliz y de buena gana,
para inyectar en mi pecho,
los placeres que recibo satisfecho.
Necesito los montes con sus fuentes,
las orillas de los ríos soñadores,
la belleza de las nacidas flores
en las riberas que alegran la mañana,
donde brillan generosas,
las gotas de rocío temblorosas.
Necesito los lirios y las rosas,
los prados con su verdor y con sus cardos,
tender mi espalda dolorida,
sobre los acogedores lechos,
de los prados albos.
Necesito dormir sin desvaríos,
descansar mirando el cielo;
convertido en sosegado ermitaño,
doblegar las demandas
que alimenté en tantos años.
DÉJAME SER TU PAZ


Si una palabra de mis labios,
quita cualquier angustia a tu alma,
entonces quiero ser
tu lenguaje eterno.
Que pueda ser escuchado
por siempre jamás,
para que así cualquier inconveniente
no te perturbara nunca,
que no tocase tu alma
Y no angustie tu corazón.
E
en franca entrega,
un lenguaje que respeta al otro
y enaltece su vivir…
Jamás en nombre del amor
te haría sufrir.
Eso lo hacen los cobardes,
los que no saben amar,
egoístas, traidores
del más puro sentimiento
que une al ser humano
para enaltecer su alma,
no para llevarlo a los infierno
del cruel desamor.
Quiero ser tu oasis,
quiero ser la playa de arenas tranquilas
donde golpeen tus olas,
como mar embravecido
y que sea solo el olvido
el que calme tu desdén,
en mi amor,
mi sentimiento,
donde el alma de quien amo,
sea libre y de vivir tranquilo,
a mi lado aquí conmigo
siendo eternamente feliz.
Quisiera darte mi paz,
tanta armonía,
en total confianza,
más puedo decirte mi amor,
con toda la humildad del mundo,
jamás te daré infierno alguno,
para que tu esencia como humano
nunca sea perturbada,
siempre te daré mi paz
que fortalezca
el buen sentimiento,
y siempre tengas la comprensión
como guía como norte
para que no llegue hasta tu puerta,
ni la soledad, ni la desilusión.
Permíteme cuidarte mi amor
por el tiempo que estemos juntos,
en paz sin desilusiones, ni discusiones inútiles
que aniquilan la esencia
de nuestro amor.
OSCURIDAD
La oscuridad me ha fallado,
pretende encerrarme en sus garras,
escupir ácido sobre mis entrañas
lucho con fuerza titánica
y entre voces que desaparecen
junto al alba, despierto triunfante.
Miro la luz parpadear
al filo de unas manchas negras
no parecen crueles,
en mi mente y comulgar con la paz
que llega sigilosa buscando
los pedazos del ayer que agonizan
en la memoria.
Quedan mis zapatos vacíos,
la sonrisa disecada,
una lágrima congelada
y unas cuantas palabras en voz alta.
La vida se enreda entre la oscuridad
de sentirla agresiva bajo las heridas
y tan clara cuando el aire se hace
limpio y retoza en el polen que suelta
la inestable esperanza.
Percibo al mirar el cielo empedrado
que mañana la oscuridad
intentará, acecharme de nuevo.
Yaneth Hernández
Venezuela
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