Nuestros ayeres
Condenado sin juicio ante la voz de este silencio
se descarrila el sol en dirección de tu mirada...
disimulando risa huyes con prisa a tus adentros
en el ayer tan míos... cual refugio y morada.
Voy rezando conmigo en soledad nuestros ayeres
mientras el tiempo corre a perseguirte por la nada...
¿A dónde fue tu risa entre mis atardeceres?
¿y dónde estuve yo cuando tú ya no estabas...?
E
mirar atrás mil veces por los pasos perdidos,
saber que los regresos son simples oratorias
si al corazón callamos a dónde hemos partido.
Beto Aveiga / Ecuador
Adiós
Camine despacio
me alejé llorando
espere un Abrazo
de tu frío espacio
Inhale tristeza
Éxhale dolor
Desapareció tu olor
Tu cara se olvido
Tu voz no se escuchó
El adiós que llegó
Cuando todo acabó
La mañana paso
La noche llegó
La ilusión se perdió
El amor fallecio
El amanecer floreció
Un día comenzó
Se iluminó mi corazón
Cuando el sol apareció
Ya no eres lo que fuiste
Fuiste esperanza de amaneceres,
el sol de cada uno de aquellos días,
confidente en los atardeceres
y esperanza en primaveras sombrías.
Fuiste en quien finque ilusiones,
el que su abrazo ofrecía,
sosteniendo sin fin de emociones
cuando el cielo se oscurecía.
E
cuando los pies ya no me sostenían,
siempre fuimos como hermanos...
dos amigos que se comprendían.
Hoy eres solo el pasado
la mejor parte del ayer,
en el recuerdo ha quedado
la bella fragancia de tu querer.
Desde ahora viviré de la reminiscencia
que mi corazón de ti ha guardado,
grabaré en mi alma cada experiencia
que tu espíritu en mi haya dejado.
Ya no eres lo que fuiste,
más en mi sigue viva tu esencia,
todo cambió cuando partiste
y hoy yo solo respiro ausencia.