Sólo a ti se te antoja regresar
Sólo a ti se te antoja regresar
Después de haber prendido en fuego mis alas,
Cuando ya me acostumbré a vivir los días con el corazón malherido,
con un llanto cansado,
Y mi aliento extinguido.
He tenido tantos dueños que ahora sólo me posee la oscuridad,
Regalé mi alma una y otra vez, que hasta el vacío me mantiene abrazada,
Fallecí más de ciento ochenta madrugadas,
Y mis ganas de amar a cualquiera se han diluido como acuarela sobre agua.
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Cuando me tienes rimando y escribiendo solamente de tristeza, de angustia y dolor?;
Y es que si hubieses vuelto antes, en mi ignorancia te aceptaría aún así yo estuviese arruinada,
Pero sólo tú me lloras y me sufres cuando ya no queda absolutamente nada.
Y según dices, es humillante tu posición,
Estar de rodillas y que no te conceda el perdón,
¿Qué acaso dejaste tu memoria olvidada en el armario?
¿Acaso no te dolieron también las palabras que me gritabas a diario?
La luna que ha sido mi única compañera,
Me recordó lo importante que es la soledad,
En las noches que me abandonaste,
Se ha encargado de que sepa la verdad;
Y que ésta vez,
Aunque ahora sólo me insistes,
Se me antojará dejarte,
así como tú lo hiciste.
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