Sociedad Nocturna

Cuando asoman las estrellas
hemos de transformarnos en dos tipos de aves,
sin nombres, sin cuerpos:
unas que se abrazan al manto negro que ofrece el cielo
se acarician, y el cosquilleo de la luna
les hace sonreír a carcajadas,
sin una sola palabra, sin un solo gesto;
otras que aprovechan la ausencia de aquellos que sonríen en el cielo,
para destruir las pocas luces que alumbran la ciudad,
no necesitan señales, ni caminos,

saben hacia dónde se dirigen, lo conocen perfectamente,
y esperan a que salga la luz del día
para abrazar a sus hermanas que regresan al amanecer,
y así transformarnos nuevamente en humanos.