¡Porqué hasta entonces yo habré existido!
Esta ocasión nada más pudo sorprenderme, aún que sabía que aquel tipo era todo y el único combustible capaz de hacerla funcionar, ¡aún así se sentía sin nadie!
Esto, increiblemente es lo que recuerdo entre un lejano y breve sueño, después de haberme quedado dormida en el comedor de mi trabajo.
La mañana luce distinta, camino a casa no detuve ni uno de tus agraciados recuerdos sonando en el interior de mi cabeza.
Mientras tus recuerdos se esparcían en mi torrente de camino a tomar mi cuerpo, te imaginaba hablar en cada uno de ellos.
Aún me pregunto; ¿le agradezco a la vida por hacerme feliz con un solo toque de ilusión y romanticismo?
�
¿Cuánto soportarías sin verme?
¿Podría darme el lujo de presumir que esperarás hasta mi llegada?
Y ahí te podré compensar la espera con un solo premio. Una caricia tal vez amor mío, cariño quizás... Un beso infinito.
Porqué ninguno se graba en la cabeza que son perfectos el uno para el otro, y que mis primeras palabras no se las lleve el soplo de alguna otra voz queriendo llegar al fondo de tí.
¡Porqué hasta entonces yo habré existido!
Conoce más del autor de "¡Porqué hasta entonces yo habré existido!"