Oda a Campestre

Fuiste el regalo perfecto,
en medio del limpio campo
nació el compañero honesto
con pequeños rizos y ladridos fuertes.

Recuerdo que tu nombre me hizo ilusión;
vivì jugando mi niñez con tu bello pelaje
que se asimila al lirio de los valles,
entre los Elisios Campos
corrìo tu corazón valiente

Desdichado fue el dìa
en que sin jugar a las escondidas
te fuiste lejos de las peonías
saltaste la cerca
pensé que jamás volverías .

Cuando ya no hubo esperanzas
vuelves agitado y sin una pata
cojeando la nobleza de tu alma
por buscarme y seguir a mi lado ,
ese dìa me quedo claro
que fuiste el mejor regalo.

LLegando a mi juventud
fuiste testigo de mi primer amor ,
al final limpiaste el infortunio
que ese desgraciado causo.

Tu infinita fidelidad
se vio reflejada en tu aterciopelada colita,
que siempre supo como devolverme la alegría .

Quién diría que un lunes
después de tanto tiempo
la tranquilidad un monstruo me arrancaría
cuando muy separado de mì estarìas,
en una flor de espinas
que te acerca al Valhalla
dònde solo los héroes van.

En mis ojos se refleja
un diluvio de melancolía
pues por màs dìas de luz que hayan
nada me regresa a la vida.

Una noche te soñé Campestre
jocoso en medio de la orquídeas
te abracé fuerte,
me despedí en un suspiro
y poco a poco
voy a acostumbrándome a ya no verte.