NADIE CÓMO TÚ
(A mi padre)
De Gaviota Romero Blandino
Hoy buscando cosas en una maleta tropezaron
mis manos con tus recuerdos queridos.
Mis ojos padre, a pesar del tiempo transcurrido todavía te lloran.
Porque nadie como tú, me ha sabido comprender.
Porque nadie como tú, ha acariciado mi pelo
Padre, nadie me ha dado ese amor, ese cariño sincero.
Nadie como tú, me ha enseñado amar la vida, a amar a mis semejantes,
respetar y querer a todos los animales,
ser feliz con las cosas más sencillas.
Querer a mis hijos y cuidarlos, como tú a mí me enseñaste.
A Dios le pido padre, que en el libro de la vida
tu nombre escrito se encuentre.
Mientras dormido estás en la muerte, yo padre,
esperaré el día en que Dios, a los muertos levante.
Entonces seré feliz, porque mis manos acariciarán tu pelo,
mis labios besarán tus mejillas suaves, mis ojos ya no llorarán más.
En ese día no me faltará a mí nada.
Porque como tu amor padre... no habré encontrado nunca,
¡otra dicha semejante!
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