Mea Culpa

Mea Culpa

No me digas que has negado el sabor de mis besos,
El fogoso entusiasmo de mis caricias casi prohibidas,
Los incontables momentos, disfrutando de embelesos,
Los poemas que te declame en nuestras despedidas.

No puedo convencerme que el tiempo haya borrado,
Los recuerdos de aquel amor imposible y borrascoso,
Si en cada encuentro repetías pertinaz eres mi amado,

El primer amor, sensible, auténtico, fogoso y cariñoso.

De cierto es indudable, nada en la vida es una eternidad,
Debo reconocer varonilmente que la culpa es toda mía,
Te transporto aferrada en el alma, añorando tu amistad,
Buscando con tesón en la distancia encontrarte algún día.

Que pena me produce el pensar en tu obligada ausencia,
Los planes, y proyectos se quedaron caídos en el sendero,
Hoy transito con el consuelo de conocer que tu existencia,
Es de felicidad junto a quien me hurto tu corazón sincero.
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