LOS DIOSES DE BARRO: LA BÚSQUEDA (Fragmento II)
La Búsqueda es la condena de un ser dionisíaco: ellos caminan solitarios por el Tiempo, llevando a cuestas la angustia que provoca la soledad.
Existen dioses que, procurando olvidar, imitan las costumbres de las mariposas. Pero en almas como éstas, resulta doloroso no escuchar las fuerzas que los dominan.
Son dioses porque su mirada traspasa los seres normales: ellos están sometidos por su propia piel de infiernos. Esclavos de sí mismos, viven los días de los hombres sentenciados a la errancia y la insatisfacción.
Un dios de barro gime siempre porque su soledad lo tritura.
Suelen ser excelentes amantes: nunca encontrarán una lengua como la de un dios de barro, ni una boca proporcionará mayores placeres; jamás un cuerpo ondulará mejor ni un sexo extraerá del cuerpo un gemido más profundo:
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