Hechizo auscultado

En las oscuras y perpetuas palabras que nunca se dirán...
Yacen los dilemas como obstáculos,
yace la misma mano que no suelta la decisión,
yace el cuerpo, las ideas;
un cementerio entero de idas y vueltas...

Son oscuras las palabras que no se dicen,
son libres los minutos en un cautiverio disfrazado,
somos libres en el alivio de la imaginación,
somos un puño quebrando el vidrio de la ilusión,

y al final,
la gracia de lo indecible se invierte,
los gritos de feroz libertad hacen grietas en la indiferencia.
La mañana rompe de a pocos la incertidumbre,
lo que no veíamos, ahora es evidente,
lo que sentíamos, se hace más intenso,
lo que cansaba, es alimento...

Las palabras viajan y nuestro destino es el sendero,
la fina capa de lo que es real,
la firmeza de un mundo que no se desvanece,
se hace pétreo en la memoria infinita,
se hace real,
se hace síntoma de una enfermedad más viva, menos nociva,
es un escalar difuso, pero que existe,
tangible, pero oculto...

Es el camino que queda en la sospecha,
que no es evidente, es dual.

Es la mágica necesidad de lo opíparo,
lo que faltaba en un edén, la única esencia escasa...