Eternas
No hay nada como hacer el amor contigo;
Contaría las gotas de sudor por tu espalda
Cada vez que nos olvidamos de contar los minutos del reloj,
Tan sólo para eternizarte,
Eternizarnos,
Simultánea y conscientemente,
Antes de volver a despedirnos;
Siempre nos despedimos,
Te despides,
Como siempre acabamos sintiéndonos,
Porque,
En el fondo de tus baúles
De manicomios y viajes incoherentes,
Pesan más nuestras histerias
Que cualquier tranquilidad pasajera
Que te ofertan y ofrecen los tratos ajenos.
No,
No hay nada como hacer el amor contigo,
Aunque pasadas las ganas,
Te queden sólo los incondicionales
Olvidos de tus recuerdos,
Sellados sobre 1002 razones para no volver la vista atrás,
Porque,
Una vez caído el árbol,
Preferible es plantar nuevas semillas
Que regar campos áridos
Dónde las raíces serán siempre eternas,
Eternas,
Cómo las gotas de sudor que contaría,
Mientras ignoramos el insensato minutero,
Aunque últimamente,
Tú reloj siempre tenga hora de queda.
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