Ginebra
Me vuelve loca el chisporroteo de ginebra,
me ofreces “bebé, escapemos de la ciudad”.
Lo pensaba y pensaba, agotaba el cerebro.
Decidí que sí.
“Señor, tiene toda la verdad”.
Toda la vida oía: “las damas no son así”,
“no le cuentes tanto, nena”, “no hables sin parar”.
Vi como llevas la vida aquí.
Ayer descubrí
Me vuelve loca el chisporroteo de ginebra,
me ofreces “bebé, escapemos de la ciudad”.
Lo pensaba y pensaba, agotaba el cerebro.
Decidí que sí.
“Señor, tiene toda la verdad”.
El paraíso ya no se ve tan publicitado,
está aquí, bajo los pies, debajo del cielo.
Me miras con ganas, mi hombre, loco,
estás hechizado.
Enloqueces con este imponente señuelo.
Me vuelve loca el chisporroteo de ginebra,
me ofreces “bebé, escapemos de la ciudad”.
Fuimos a un suburbio que se luciera.
Y nos sedujo
que nadie nos conociera.
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