El Sanctasanctórum.

2017 Feb 13
Poema Escrito por
Franlodel

EL Sanctasanctórum.

-De mi libro autobiográfico
"La otra cara de Jano"-

Había en mi casa, muy cerca de la entrada, una pequeña habitación que mis padres la utilizaban como biblioteca y sala de estar, amueblada con un perchero y varias sillas, una mesa camilla con tarima y faldón, un cuadro con la bendición del Papa, algunos platos andaluces decorados con águilas reales, y dos sillones y un sofá, tapizados con tela de raso, estampada con flores rojas, verdes y amarillas; aparte de unas repisas hechas con ladrillos y una chimenea, que debía ser de adorno porque nunca funcionó…, que mis padres la tenían cerrada a cal y canto para protegerla de los bárbaros ataques que con frecuencia le solía asestar para deshojar sus libros y revistas…, y que a pesar de esta protección -utilizando un montón de añagazas y argucias., solía burlar, para desde el Sanctasanctórum, con mis manos en la cabeza -y la mirada perdida-, exclamar: “¡Oh Dios Santo, cuánto libros y hojas de papel!”…

Con las hojas que arrancaba -ilustradas casi todas con motivos religiosos-, me solía hacer un montón de aviones de distinta clase, tamaño y proceder: unos de guerra -con las alas recortadas y dobladas hacia arriba-, otros como alas deltas, aplanados y picudos, y algunos, de transporte, anchos y alargados y ligeros a la vez…, y los lanzaba con todas mis fuerzas hacia arriba, para ver cómo surcaban el cielo silenciosos e impasibles, mostrando orgullosos en las alas y en el lomo, la litografía del puente de los Diez Mandamientos tendido sobre el río del pecado, lleno de acechantes cocodrilos, serpientes y demonios…, la de San Pedro y San Pablo, la de San Esteban, la de Santa Águeda y Santa Inés…, la de Santa Perpetua y Felicitas, la del santo Job y la del pobre Jonás -acuclillado dentro la boca del inmenso pez-, y la de todos los Santos de la Santa Madre Iglesia habidos y por haber… ¡Qué pasada!... ¿Os imagináis a San Agustín planeando por encima de la higuera, a Lucifer, con su tridente, sus cuernos retorcidos, su pérfida mirada y su asqueroso rabo, sorteando a los pollos, a los pavos y gallinas…, a Moisés, con su barba blanca, sus haces de luz en la cabeza y las Tablas de la Ley recostadas sobre su pecho y un brazo…, o a San Sebastián, -malherido por las flechas-, planeando sin control, a punto de chocar con el palomar, o con el alar del tejado..? ¡Os aseguro que era un auténtico espectáculo digno de ver!

Autor: Francisco López Delgado.

Todos los derechos reservados.

2017 Feb 13

Franlodel
Desde 2016 Jun 01

Conoce más del autor de "El Sanctasanctórum."