El final.

De los condenados a terminar con sus vidas por mano propia, entendí su desesperación y por eso estoy a las puertas de la locura, con ambas manos en el pomo de la puerta.

Si logro huir de todo esto y desaparecer, serás capaz de encontrarme en tus recuerdos? O tal vez me pierda entre las estrellas que tanto brillaron para ti y al final, ¿pensarás en mi cuando esté en el inmenso espacio? Sin oxígeno, conservando para siempre nuestros recuerdos.

No pude quedar en deuda conmigo, porque nada de lo que te dí era mío, siempre estuvo destinado ser tuyo y en cambio, lo que recibí de ti al final no fué más que un vacio.

Si, prefiero quedarme seco a que solo sea un rocío lo que me den, quiero un vendaval, algo que me cale, me moje hasta los huesos y que ahogue todo lo que siento ahora.

Soy la voz de la noche, el susurro del viento, el frío que entra por tu ventana y abraza tus huesos, soy el sueño que no te deja dormir y el miedo que te impide levantarte de la cama.

L

a ira dentro de mi va menguando, pero no deja de arder, intensa y batallante, mientras sus ascuas van cediendo al olvido.

Y lo más triste de todo, cuando creía que estaba uniendo de nuevo los pedazos rotos de mi vida para hacer mejor la tuya, llegas y los destruyes de nuevo haciéndome pagar las consecuencias de tu decisión.

-Raz-