DEL LISTEL REPULSIVO... (Con collage mixto digitalizado)
DEL LISTEL REPULSIVO
En el día desnudo, ligero, un sol puro,
moraba, con las alas abiertas, suspenso,
de la graciosa guitarra, del tiempo,
azul índigo, verde materno, rojo roble,
en el diminuto abismo grisáceo.
Y las nubes abiertas callaban…
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donde el mismo frío delira,
y angustiados los días mueren,
y muerden las tortugas raudas,
y destejen las flores dignas.
¡Oh, misteriosa virtud de las cobras!.
La blanca sangre desayuna la ceniza,
en la piel de las montañas saladas.
El aliento engendra más manzanas,
deshuesando mariposas al eclipse,
y peinando las espinas al cadáver.
¡Algodones afilados, lenguas de azafrán!.
Por eso, las ventanas corren asustadas,
con el ojo en la penumbra del asno,
y castigando al aire con espejos.
Bien lo saben las monedas. ¡Claro, claro!.
Están masticando al vidrio risueñas.
¡Adelante!... Las hendiduras están quietas.
Es necesario anudar escarabajos,
y a los canguros del azufre dulces,
olvidando las burbujas más duras,
con el traje de la noche desnuda,
en las cacerolas, hoy, ahogadas.
¡Cuánto más diría, si pudiera!.
Con la piel de las muletas del cementerio,
y el perfume furioso del humo y arena,
en las venas sordomudas del marfil,
con las pestañas yertas sin manos,
entre el anis que canta, sólo, obscuro.
¡Listel, listel, listel, más que repulsivo!.
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