Apariencia
Aunque nuestros corazones estén unidos,
nos encargamos de separarlos,
como una madre protegiendo a su hijo de una caída en el parque;
aunque, ese niño, se muera por disfrutar de su infancia.
Esa madre, somos nosotros intentando no destrozar nuestros corazones,
p
imaginando un futuro sin saber cómo es el presente.
Dejándonos llevar por opiniones ajenas,
decisiones consideradas correctas,
sin que eso haga que nos olvidemos de lo que sentimos cuando se cruzan nuestras miradas,
ni tan siquiera el mínimo roce de nuestra piel,
que consigue alejarnos de la realidad por un momento.
Creando un mundo de mentiras, sentimientos falsos y gestos mecanizados,
fomentando la cobardía, el desinterés y la desconfianza.
La vida está llena de sueños reales y, a veces, simples,
que no se hacen realidad por resignarnos a pensar que, los sueños,
son simplemente eso,
sueños.
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