Adiós, cariño.

Hola? Sigues ahí?
No logro verte, no logro escucharte, no logro sentirte.
Porqué?

"No te dejaré nunca, querida"... Recuerdas éste verso? Cada letra quedó marcada en mi. Me hacías sentir especial...
Ahora se que los poemas que me dedicabas eran una farsa disfrazada de tu hipnótico encanto.

No entiendo, no puedo comprender tu partida. Tu eras mi luz, pero al marcharte me dejaste en plena oscuridad... Y con un objeto en la mano.
No lo veo, solo lo siento. Que es?
Es pequeño, sumamente delgado, casi como una hoja, es de metal. Lo paso por mi dedo índice, una gota de sangre brotó. Tiene un gran filo.

Solo encuentro un uso para éste objeto el cual tu me dejaste.
Lo usaré para hacer dos cortes verticales en tu honor.
El primero, en el brazo derecho. Éste es por haber creído en ti, en tus palabras, en tus abrazos, en tus besos. Por haber creído que estaría contigo, o mejor dicho, por haber creído que te quedarías a mi lado.
El segundo, en el brazo izquierdo. Éste es por haber sido tan debil hasta caer destrozada al saber de tu abandono.
Por no poder ser fuerte ante los demás, ante mi misma. Por quedar en vergüenza al rogarte que te quedaras, por no poder hacerte feliz.
Por hacer que te fueras de mi...

Mientras la sangre brota de mis venas, voy cerrando mis ojos poco a poco...
Me voy, solamente pensando en ti, cariño...