Volar.

Desde aquí, donde me quedé parado
A contemplar las imágenes de tu recuerdo, he notado algo, quizá ese pequeño detalle que, era inadvertido tal vez por la emoción de la obviedad, por tu cercanía, por mi ceguera de sentirte cerca pero, en éste preciso momento; caigo en la cuenta. Tienes los labios suaves, la piel suave, el aroma suave y la mirada tranquila. Si, ya lo sé, apenas me doy cuenta, apenas caigo ante tal obviedad, ya lo sé, que soy un sinvergüenza pero, solo me he dado a la tarea de besarte desesperadamente, de robarle al tiempo todos los momentos en los que jamás estuviste a mi lado, en arrebatarle horas a los días que pasé sin ti, sin recorrer todos tus caminos, tus cuesta abajo, tus cuesta arriba, esos lugares escondidos que descubro en cada beso, en cada hora que mis manos te encuentran y conocen a tientas, en cada cima, en todas las humedades donde bebo la pócima de tus recuerdos. Si, apenas lo he notado y fue necesario llegar hasta aquí y pararme en la esquina, en éste cruce donde la vida pulula y sirvo de estorbo para con los demás, aquí donde los demás tuvieron que salir de sus obsortos para notar que yo existía y volver a su realidad, aquí donde fluye la gente; me volví el objeto de estorbo de todos y tú, te volviste realidad, esa realidad en la que vivo y me doy cuenta que tú haces lo que nunca hago por propia cuenta. Volar...

Extracto de "amor de un viejo"
Ciudad de México a /10/2021,
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Adrián