Una salve


-I-
Bajo la luz reflejada
sobre la densa niebla,
en ésta tarde crepuscular de invierno.
Un susurro escolta bordado
a las piezas, entre ocultas recordaciones
prendadas y guardadas en silencio.
Los tibios cristales
y en el hogar, la tenue llama carmesí
sosiega el frio furtivo a la apariencia plana.
Pendular se asoma el suspiro
de un espejismo arcano,
y ofrendas posasen sobre un coro de epifanías,
labrados en tan breve historia.
Aquí, el periodo gélido
oscila entre el frígido yugo,
y el calor melodía dorado
de vuestra mirada panal de miel.
El insomnio continuo y alargado,
vivo, en la sed de una frágil gota
en pos del ópalo resplandor,
cuando el latir os evoca.
-II-
Muerte a las lenguas temerosas
y una salve en la avidez que demanda,
de vuestro rostro terso impreso
y del nativo sabor de la profana boca.
Un vuelco prendado que vacila nemoroso
y ataviado se posa entre memorias,
cual supiese los secretos
de la fiel caricia en su plumaje
donde aves cantasen melodías.
En el centro de todo,
la visita incierta del arrullo
se aloja en el breve espacio,
trazada añil la milésima de la noche.
Y en los relatos de tu cuerpo
la ceremonia de palabra…
La escena es la historia
y con ello, el milagro
izado los himnos del telón.
ϴ
Noviembre 30, 2022
© 2022 Gabriela Ponce- La Dama Azul
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