Un trozo de mi existencia... (Parte 2)

2017 Nov 02
Poema Escrito por
Colibrí

Continuación...

El momento de dar la noticia llegó, toda mi familia entró a la habitación 414 hicimos un círculo al rededor de su lecho, donde descansaba mi bella hermana menor, estaba tan sedada, tan frágil, y yo me sentía tan impotente!
Todos vestidos de negro, pues recuerden que salimos del cementerio directo al hospital.
Nos tomamos de las manos, yo tomé su mano derecha y con mi otra mano sostenía la carta que leería en breve, no podía darle la noticia de otra manera... ¡Aún tenía alma de poeta!

La carta decía así:

Cuando el dolor consume
las palabras se desvanecen.

Cuando el miedo asola
la oscuridad se torna una aliada.
Cuando el grito sale del alma
el corazón solamente llora.
Cuando el piso se desmorona
pensamos que vamos a caer en el más profundo pozo oscuro y tormentoso.
Sin embargo, la verdad es, que solamente flotamos, pues hay un ser más grande, un ser supremo, un ser que es fuego consumidor con aquellos que atentan contra uno de sus pequeñitos.
Pero, este mismo ser supremo, es la más pura esencia de amor para cada uno de seus escogidos.
Ina (Janaína), nuestra familia y los más íntimos a ti saben que nuestro Dios era tu PAPITO, así lo llamabas en cada una de tus plegarias, de tus oraciones, y sé... eran muchas...
Puedo entonces imaginarme, la gran alegria, felicidad infinita que sentiste al encontrarte cara a cara con Él.
Tu sonrisa, me imagino fue, la más linda jamás vista por nosotros, gloriosa, sin igual, perfecta. El abrazo a tu PAPITO el más perfecto, delicioso, tierno, acogedor y dulce.
Ohhh cuanta delícia sentiste y susurraste​ a los oídos da tu manguito color de rosa: Mira Bia ¡¡¡Jesús!!!, ¡¡¡Jesús Bia!!!!!...

- A estas alturas de la lectura mi hermana había llorado pues ya había entendido que nuestra hermana no estaba más en esta dimensión, pero su llanto era contenido, además que estaba bastante sedada, seguía escuchando en quietud, pero al escuchar el nombre de Bia estalló en llanto y desesperación, hice una pausa, le trajeron agua, mis padres la abrazaron fue un momento muy doloroso y daría todo para cambiar aquella situación, no quería que sufriera más...
Luego de unos minutos ella asintió pidiendo que continuara con mi lectura.

Lentamente y con voz tenue y pausada seguí:

Bia saltó a Sus brazos y dijo: amárcame Jesús, amárcame y acarició Su rostro como tiernamente hacía con nosotros. Jesús, por su vez jugó con seus dorados churos, brillantes y sedosos, que la hacían tan bella, tan única.
Bia percibió heridas en las manos de Jesús y dijo: hielito, hielito tia Jan, hielito (en su tierna edad ella creía que el hielo lo curava todo).
Todos en el cielo sonrieron y Bia dió su ilustre carcajada como solo ella era capaz de hacerlo y esa actitud nos derretía.
Foi ahí en ese momento que miles y miles de ángeles las invitaron a la gran fiesta. Sí, fiesta en los cielos por la llegada de estos dos angelitos.
Jana dijo: ¡¡¡Corre Bia, corre!!! ¡Mira el parquecito!.
Bia claro, como siempre amó los parquecitos corrió, hizo una pausa y miró hacia traz para ver si tía Jan la acompañaba y gritó: ¡tía Jannnn! jugaré hasta la llegada de mamá, papá, el abuelito, la abuelita, tía Keleeee, tío Vaooo, tía Pis, tío Coke.
Ven a jugar conmigo tía Jan ven...
Y Jesús le dijo: anda hija mía. Vaya con nuestro bebé. Permíte que conozca a sus abuelos paternos y tú abraza a los tuyos también...

Hoy las enterramos todo está bien...
11/07/2015

Por: Priscila R. de Azevêdo
Imagen : Real (tomada en días posteriores).

2017 Nov 02

Colibrí
Desde 2017 Sep 09

Conoce más del autor de "Un trozo de mi existencia... (Parte 2)"

Descubre más poemas de nuestros autores