Transeúnte

Amigo, que cortejas.
Seduces.
Y te vas de largo.
Sonríes y conquistas
dando un oído,
prestando una mano.
Tu presencia otorgas
en cada instante o trance.
Siempre complaciente,
siempre muy dispuesto.

En lágrimas sacas pañuelo,
en dolor compartes duelo.
Regalas la rosa
sin festejo o gala.
Tus brazos los extiendes
cuando hay aflicciones.
Te haces valioso
muy necesario.
Un día, así sin mas,
te vas alejando.
Detalle, llamada
va desapareciendo;
ya no eres constante.
Tu vehemencia aminora.
¿Porqué fue que llegaste
en solemne arrebato
para luego tomar distancia?
Paulatino aislamiento.
Mi ser lo fue sintiendo
como sintió el arrobo,
de tu notable entrada.
Ahora, ya no hay rosa
obsequiada en cama,
tu sonrisa escapa.
Se te olvida una cosa,
yo no pedí anclaras
en mi ser, ni mis días.
Mucho menos en mi alma.
¿Ahora, dime tú
como se hace para olvidarte,
como no buscar tu abrazo
en madrugada fría?
Te deseo buena suerte
ve,camina errante.
Pero, no regales rosas,
abrazos o sonrisas
en paso transitorio.
Solo recuerda,
que en mi, para ti
no hay mañanas...