Sin puertas el campo

Al atardecer de un nuevo día,
sierras verdes y toros en la ledanía.

Grácil febrero que baña con cantos a
flores silvestres que albergan,
el secreto que antaño tenían
las piedras viejas.

Subiendo el camino de plata
buscando arroyos dormidos,

los alambres no me dejan
construir nuevos nidos,
a veces lo privado
roba a lo divino.

Sentada en las rocas sin señales,
sin buscar paladares finos.
Jugar en prados libres,
ver que somos infinito
de ser sueños antes escritos..