Silla del Artífice

Dios dejó más de una forma
para que los mortales
en su perecedera vida
se sentaran en su silla.
y así emularan;
la omnipotencia
la supremacía
la capacidad de palpar en la palma de la mano
los engranes del universo
como suele hacerlo el capitalismo a las masas.
Aquel día me senté en su silla
y el corazón del cosmos me fue revelado
pues el rito que transitaba por mi ser
provenía de tus labios
manifestabas un frenesí intenso
como el sediento que encuentra agua en el desierto
y bebe hasta saciarse.
Tus labios parecían manos de artista en el barro
con la diferencia de que ya no dabas forma
solo hacías que reluciera el báculo.
Fuiste polilla en un tronco
te alimentabas de esa madera inédita
con una devoción tan grande
como el peregrino que recorre
grandes distancias y desafía a la adversidad.
Esos instantes efímeros
se hicieron eternos
supe lo que es sentarse en la silla
del artifice del infinito.
El rito culminó
con la erupción del volcán
el elexir de la creación
lo bebiste sin tregua.
(pues me insististe tanto)

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