Señor Oscuro

¿Quién eres,
Tú, Señor Oscuro que ronda mis sueños,
A veces lívido, etéreo, pálido y paciente
Esperando a llamar mi atención por un segundo
Y con tus ojos ardientes fulminarme en el mismo momento?

¿Por qué llamas a las puertas del subconsciente
Sardónico, burlándote del miedo?
Encendiendo un cigarrillo que pareciera tu corazón,
Una brasa inalcanzable que me quema los párpados.

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�Por qué te quedas, consumiéndome por dentro
Dando brillo a las pequeñas estrellas internas?
¿Por qué te quedas vigilante, guardando las puertas
De mi muerte inminente…?

Pero ríes, ¿acaso no eres la misma Muerte o Mefistófeles?
Y extiendes la mano, como Hades a Perséfone.
A mí; pequeña musa de papel
Siento desintegrarme en tu contacto,
Me llena tu placer al quemarme
Y tu risa es lo único que existe.