“ Presagios.”

“Presagios.”

Me anuncia la pitonisa de Delfos
que andaré ebria por la ayahuasca
de tus besos,
agorero oráculo que me profetiza
el conocido perjuicio del conjuro
de tu aliento.
De poco le sirven a mis pies
los vaticinios,

que van acomodándose al tósigo trago
de tus huellas...
Negligentes y desnudos caminan
el andado molde de tus pasos.
Y allí se hospedan al encuentro
con tus piernas.
Al escuchar tus palabras con mis ojos,
se reta innecesario el augurio
de tu antojo,
y me cuelgo voluntaria del cuello virulento
de tus delirios todos.
De golpe siento el bendito aluvión
de tus sismos,
adentrándose indefensos en las crestas
de mis olas...
Y otra vez se quedan sin efecto
los antídotos que me inmunizan,
a la impúdica lujuria envenenada
ante el vicio indomable de la simetría
de tu cuerpo...
Y se estampa imperecedero
-como brasa ardiendo en mis entrañas-
el célebre adagio de los besos que esconde
el mutismo selectivo de tu boca.
AC.