No llegué

Y no llegué porque me faltó
el ímpetu, la fuerza
para impregnar tu conciencia;
mis diminutas
manos no alcanzaron a arropar
tu corazón.
No llegué, porque mi pequeñez
no acarició tu alma;
porque mi intención de existir
no adentró en tus pensamientos.

No llegué, porque mi presencia
no te embistió de alegría,
ni la ilusión de mi llegada perforó tus poros.
No, no llegué porque mi tiempo
interrumpía el tuyo.
¡Solo me quedé con las ganas
de que me vieras,
de que me sintieras!
Me quedo con la ilusión de
aspirar tu aroma, de sentir
tus besos…, tu voz, tu voz…,
sí la conozco, pero conozco más tu silencio;
es mi compañero.
No llegué; no…, sí llegué.
Pero cerraste tus ojos para no verme...