Música clásica (y una copla)

2016 Dic 25
Poema Escrito por
rober

Aquella tarde escuchaba sosegado
el vals de la Suite Mascarade de Khachaturian.
A Ingrid le gustaba
tanto, tanto que me hacía bailar con ella,
desnudos y formales,
hasta que la emoción la ahogaba y
se arrojaba sudorosa sobre
la cama y me pedía ven ya y
alivia este cuerpo lanceado.
Y al rozarla solamente, sangraba.

Sabía que su sangre era la mía.
Al finalizar el vals remitía su ardor y sanaba.
Se enroscaba ágil en
mi cuerpo troceado y siempre,
siempre me sonreía y me decía
Eres mi ser, vivo en ti.
Salí de casa ensimismado.
Tras la cena en un pequeño bar cercano
los rescoldos todavía humeaban
en el bolsillo del abrigo.
Subí a verla de nuevo,
a buscar agua bendita para mi deseo.
Una daga afilada me sajó el alma al entrar en
nuestro templo
Él, de pie indecente y desafiante.
Ella de rodillas, aferrada al monstruo.
El Requiem de Mozart atronaba el mundo.
Volé escaleras abajo pero
sospecho que no podré huir nunca.
Eres mi ser, vivo en ti.
Un ¿por qué? será la letra de mi
adagio interminable.
Nada más triste.
Mi madre me visita a veces.
Madre, tengo fiebre y miedo.
Me canta su nana, me canta siempre
su copla: A ciegas.

2016 Dic 25

rober
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