Más hormiga que César (y otras reflexiones)
MÁS HORMIGA QUE CÉSAR
La tarde se va consumiendo bajo los umbrales
Como se consumen algunos de mis peores miedos cuando me levanto y los enfrento
Cuando los embriago y me presento.
La tarde ya se despidió de los búhos y los girasoles
Y por un minuto o por una infancia que vuelve sin pedirme permiso
Me pierdo en un río naranja repleto de estrellas negras que viajan entre tambores y clarines
Viajan y me pierdo o me pierdo y viajan.
L
Y las hormigas como un ejército arremeten contra mi indefenso y tierno castillo de miel
¿La reina se quedó entre algodones otra vez?
La tarde hizo sombra el faro más lejano de mi isla
Las olas violentas me piden mano dura pero mis manos no son de acero ni de hielo
No soy el César ni el colmillo hambriento del león que las enfrenta
No soy el mensajero de Hades ni soy la rosa autista de esta gran espina
No soy el Mesías pero algo me enseñó esta vida…
(...)
El mate amargo me trajo de vuelta en un sorbo herido y me reclamó más azúcar en su cetro divino
Para calmar lo acerbo de este crepúsculo prefiero pan, asado y vino, le retruqué
Ellas vencieron cuando pude evitarlo
Pero eso tal vez era todo lo que estaba buscando.
Ya no hay hormigas en la miel
La noche al fin conquistó la luz del escenario y les trajo lo soñado
¡Descansen soldados!
¿O será que se cansaron de jugar a ser esclavos?
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