Mas fuerte que yo

Cuando llegaste a mi vida yo caí rendida a tus pies.
Dijiste que me amabas, y todo de mi te entregué.
No me importaba el que dirán; me obnubilaba tu sonrisa.
Me sentía protegida dentro de una falsa fantasía.
Pero como en toda gran mentira, la verdad salió a la luz;
pasaste de ser mi príncipe azul a ser el verdugo de mis ilusiones.

En ese instante pensé que nada quedaba; muy tarde te diste cuenta
que yo era esa "otra mitad" que creías irreal.
Sin decir ¡Adiós! preferí alejarme, tenerte cerca me hacía mal.

Confieso que te maldecí, pero jamás te llegue a odiar.
Decidí dejar las cosas como estaban; no buscaba explicaciones,
aunque luego sí las necesité, ya no te quería escuchar.

Y así un día me propuse caminar, sin saber lo que me esperaba.
Con la valija cargada de sueños rotos y asperezas.
Hoy volví, pero cambiada; soy la misma de antes pero mejorada.
Aprendí a quererme y ante todo a salir adelante.
Pero reconozco que al verte triste me latió fuerte el corazón.
Me prometí nunca perdonarte pero me fue imposible guardarte rencor.

Estas pagando caro tu arrepentimiento; lo se, y eso me hizo retroceder.
Tu mirada me obliga a suspirar, y aunque me juré ya no dejarme llevar;
con tu abrazo toda mi fortaleza se convirtió en fragilidad;
la desconfianza, los temores y los sinsabores quedaron olvidados,
al escucharte decirme todas las frases que siempre soñé escuchar,
respuestas que por tantos años añore ver saliendo de tu boca.

Y cuando besaste mis labios, mas apasionado que de costumbre;
otra vez volví a adorarte con la misma intensidad.
Todavía no quiero arriesgarme a darte otra oportunidad;
pero hay fragmentos de una canción que mi mente no me deja olvidar:
"Nada se termina por un error, podemos tratarnos bien,
aceptarnos y aprender... Nada está perdido para el amor."

Esas letras me hacen recapacitar y pensar que, si bien,
tengo un millón de razones para hacerte a un lado e ignorarte;
existen miles de motivos para volver a confiar en vos...
y lo primero sin dudarlo es que tu ternura me llena el corazón.
Aunque seas mal pensado, egocéntrico, egoísta y fanfarrón;
hay algo en tu ser que me puede y es mucho más fuerte que yo.