¿LA PARCA?

2022 Dic 08

¿LA PARCA?
(Relatos de un mochilero)
Me había embarcado en Arequipa para dirigirme a Bolivia por carretera. Después de la Paz y Cochabamba, pude avistar al atardecer Mairana en Santa Cruz de la Sierra. Ya se aproximaba la noche, cuando por invitación de una pasajera de al lado, bajamos del transporte antes de llegar al centro. Ella tenía por equipaje una pequeña maleta, por eso me ofrecí a cargarlo y a cambio me ayudase con mi mochila que no pesaba mucho. Merly, así se llamaba mi anfitriona, quién antes de una pequeña caminata me indicó que debía seguirla hasta una elevación a tres cuadras de la carretera. Así que, avanzando cruzamos un puente apenas perceptible por la densa neblina, cuando distinguí otra pista entre los árboles. En un momento, por levantar el objeto sobre un hombro, para llevarlo con más comodidad, me retrasé un poco. Fueron apenas unos instantes, cuando estando debajo de un frondoso árbol, algo estremeció mi cuerpo con esa sensación de extraña intranquilidad, por eso imaginé primero la cercanía de alguna fiera, pero no, al girar mi vista hacia la derecha, dos entes cruzaban la pista, encapuchado el primero igual que un verdugo, pero sin aberturas para sus ojos en la tela; eso me produjo un sobresalto. A unos pasos, siguiéndole iba una mujer entrada en años, con su vestido de tipo boliviano, siendo invisible su cara. Me había quedado perplejo ante tales aparecidos que parecían flotar a centímetros del piso, difuminándose luego entre la espesa niebla. En ese tiempo que supuse muy largo y sucedido en apenas unos minutos, se rompió el hechizo al oír su voz de Merly llamándome. Pronto llegamos a su casa y así recién un merecido descanso por la impresión y la carga. Puedo asegurar que no se presentó el sueño fácil, porque la imagen se había fijado cual un indeleble tatuaje. Durante toda la noche las fantasmales figuras no desaparecieron hasta su canto de gallos.
Por la mañana luego del agradecimiento y una colaboración simbólica me dirigí a contemplar la famosa pirámide circular, fue allí donde escuché comentarios sobre fallecimiento de un conocido alcaide. Y sin más demora me dirigí al lugar del velatorio para despejar si todo fue imaginario.
Prodigando condolencias a los sorprendidos deudos, me aproximé a su capilla ardiente, y las dudas se fueron en un santiamén.
El encapuchado de la visión era el alcaide puesto el vestido percibido en esa carretera, sin la despreciable tela negra que le impedía ver su camino y, ¿tal anciana, quién, qué?

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Fondo musical boliviano instrumental.

2022 Dic 08

Artífice de Sueños MARS rh
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