La marca que lleva tu nombre

Cariño, te cuento que ya no me da miedo amar.
Ahora que sé que la mitad de mi corazón se quedó contigo, no me asusta volver a sentir.
Ahora tengo la certeza, incluso la tranquilidad, de que nunca volveré a pasar noches en vela esperando una respuesta.
Que jamás volveré a dormirme con el pecho apretado, ni de angustia, ni de alegría.
Y de alguna forma eso me reconforta. Me gusta saber que si bien lo mejor pasó, con eso, también se irá mi ansia de amor, de ser correspondida. Toda esa sensación arrolladora que sólo se presenta aquella primera vez.
Los miedos e inseguridades, al fin liberados para no volver.
Pues ahora soy otra, con marcas en la piel y estoy enamorada de la que tiene tu nombre.
Nunca te olvidaré.