la balsa del sentenciado
De lamidos se llenan mis tinteros, son rocío de respiros que robo en la lobreguez de mis patios, mientras atajo colgado en ésta almohada mis aullidos de insomnio...
Enfermo por este demonio, acaricio mis entrañas para certificar que aun vivo y como si mis manos fueran dos arañas, las escaló por los huecos de mis memorias...
Con ustedes mis historias, no son mas que un desliz de aceite macilento, que a medida que se diluye por cualquier grieta, desaparece como condolencias...
Minutos zombies juegan a esconderce, en las pestilencias del pasado y yo aquí como un malvavisco rostizado por el ayer y aplastado por está muerte boba...
Son millones de horas que aguardan el mañana, en la playa al fin de esta sabana, me espera la balsa del sentenciado para embarcar pelotones de condena...
A
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