Hoy estuve con ella
Hoy estuve con ella,
el universo descorrió
el intangible velo de la distancia
y nos encontramos.
Nuestros ojos conjugaron sus luces,
al conjuro de una magia,
añeja y siempre renovada,
pasamos de ser ella y yo,
a ser gloriosamente nosotros.
Hoy estuve con ella;
sonrisas aladas que como mariposas errantes,
iban de mis labios a sus labios,
de sus labios a mis labios.
Ella dejaba caer palabras,
que yo apretujaba en mi corazón,
anhelante de su alma.
Hoy estuve con ella,
tan cerca de su cuerpo
y tan lejos de su abrazo.
Deseaba tomar sus manos,
que cual palomas dormidas,
se posaban en su regazo.
Hoy estuve con ella,
a un paso de su epidermis,
y un agua negada,
a mi sed de idealidades,
fue su boca encarnada,
implicada en besos que no tenía,
a no ser uno en mi cara.
Hoy estuve con ella,
mía y ajena era su alma,
y aunque su vertiente y la mía,
no se fundan en un cause,
en el casto beso del adiós,
probó mi sed de su agua.
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