Espadas

Espadas.
A los ojos cerrados cuando cansan de forzar la mirada.
Al tiempo que por más que enfrento nunca se para.
A los besos que anhelo al pasear la mano por la almohada.
A mi espiral y mi enjambre de calentar mi alma helada.
A veces pongo todos mis intentos en tocar el horizonte
y caigo al suelo frente al silencio de las personas que mas quiero.
A veces os odio tanto que me haceis perder el norte,
Cada espada clavada en mi cuerpo hasta la muerte
la devolvere con todas mis lágrimas, el rencor y mi suerte.
Entre el eco y vuestra espalda están mis gritos, mis palabras.
Del polvo de mis caidas, y el vivir en esta perrera,
hasta Dios sabe que no pude ante vuestra barrera.
Hoy un adulto se desploma como un niño
al no saber vivir de abrazos perdidos.
Hoy un corazón ha sido maldito
y no volverá jamás a ser querido
A cada puto solo de guitarra que nunca consigo hacer bien,
A cada intento de poner esperanzas en conseguir entendernos.
A cada verso intentando hacer arder de una vez el universo.
Y joder, a cada uno de los bocados en cada piel que probé.
El camino se hace tan pesado como el hierro en un caballo,
pisando todas las flores que embellecen el entorno,
Los fantasmas de recuerdos de quienes se sentaron a mi lado
juegan el papel de trofeos, pero al reves.
Veo tantas reglas, y tantos caminos que debo elegir,
tantas lógicas que aunque lo intento, no me entran.
Tanta frialdad en las miradas de quienes hablan de libertad,
tanta dificultad...
Joder! que solo quiero que me quieran y querer a quien quiera!
Espadas,
armas de metal,
portadoras de dolor
creadas para cortar lo vivo.
Almas,
fecundadas por madres
que hicieron el amor
como jamás se ha sentido
Me faltas tu,
¿donde estaras ahora mismo?
Estas en mi esquivar preguntas,
en mi pedir otro bayleys,
en mis toneladas de humo
y en mi estamparme perdido.
Espadas
que se clavan inevitablemente
por esas personas que comparten destino.
Y por ti también brindo, amigo
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