ESMERALDA
Victoria en los carnavales,
numen de profanas prosas,
es la gitana cuyos puñales
son en sus sienes dos rosas.
Encanta la gitanilla.
Y zarandea su falda
siguiendo la seguidilla
intitulada "Esmeralda".
B
esquiva, con muecas tiernas.
Enigma es su lar de origen
como el bronce de sus piernas.
Agita sus pies desnudos
al compás de las vihuelas,
y suena con golpes rudos
y suaves sus castañuelas.
Destaca su sonrisa en flor
de fundamentos divinos,
aromada y animada por
guindas y fresas y vinos.
Brillan sus ojos de intriga,
fulguran sus ojos negros,
al son de la danza amiga
de los fandangos y alegros.
Siente erizarse la piel
al ritmo de las canciones,
y algún se extasía en aquél
ícono de tentaciones.
¡Qué elegante se desliza
en sus vestidos purpúreos!
Desarma, hincha y hechiza
con embrujos epicúreos.
Con sus tacones repica;
oye el diapasón que zumba;
y las gracias multiplica
con misterios de ultratumba.
Son de amor sus labios rojos
que muequean dulcemente
a la sombra de sus ojos,
de sus ojos de serpiente.
Y algún ebrio su discreta
recompensa va y le fija,
y una rosa algún poeta
y el judío una sortija.
Esta hermosa gitanilla
profundos suspiros roba,
al hampón de la cuchilla
o al hombre de la joroba.
D. R.
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