Epifanía letrada

He combinado todas esas bellas letras,
desde lo más abstracto hasta lo concreto,
como quien comienza a hacer un puzle
sin siquiera mirar antes la foto de la caja,
en una valiente cita a ciegas con la lírica.

Y me he preguntado muchas veces,
entre la duda y la sorpresa,
quién es que coloca la primera pieza?
adminium, indestructible piedra base

¿De dónde viene ese insight, el estalo?
esa idea, unas veces efímera y pasajera
otras veces perenne e inmortal
que hace de la poesía, un poema,
y reordena hábil el alineado alfabeto.

Ni entrañables musas consejeras,
ni recónditas voces en la sombra,
de dónde viene el origen del poema?
cómo la palabra dormida gana vida
y lentamente se va autoconstruyendo?

La urgencia del grito, la voz recóndita,
ansiosa por encontrar la luz, su fulgor,
dar vida a una respuesta sin pregunta,
eco de un profundo sentir que emerge
y se revela autónomo al propio autor.

Así, mi pregunta no tiene respuesta,
como mi respuesta no tiene pregunta,
entre estéticas e incontroladas catarsis,
mero instrumento soy de mi rebelde poesía
y me confieso víctima de mi errática pioesis.