En el horizonte.

En el horizonte.
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(Con el amor, la paz y
el perdón, nos dignificamos
y acercamos al Señor.)
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Cuando te agredan y
desprecien, no utilices

la violencia para defenderte,
hazlo con palabras y
razones… porque de
esta forma, conseguirás que
tus agresores se despojen
de su inquina y su
furor.

Por cada golpe que
recibas, enarbola una
sonrisa, no despliegues
la bandera de la guerra,
ni arremetas con las
armas de la fuerza y
del rencor.

Siempre que te caigas
o te hieran los heraldos
de la ira, levanta la
cabeza y mira el cielo
fijamente…
y después, límpiate
la herida con el óleo
del perdón.

Cuando te sientas sólo,
no te encierres en tu
alcázar, abre las compuertas
de tu alma y acércate
a la gente, para gozar de
su compañía y llenar tus
alforjas de optimismo
e ilusión
.
Cuando te invada
la tristeza, no te alíes
con el llanto, alegra tu
mirada y planta lirios
y geranios en tu
corazón.

Cuando zozobres,
no te ocultes en las sombras,
ni te hundas en el limo
del dolor…

¡mira el horizonte,
para recibir de su arcoíris
la luz de la esperanza,
y sentir dentro del alma
el influjo de Su paz y
Su amor!
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Autor: Francisco López Delgado.
Derechos reservados.
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Fondo musical: La paz, mi paz, tu paz.
-Emilio José López Delgado-