Ella ya se ha dormido.

2017 Dic 04
Poema Escrito por
Antonio Nogales Benítez

ELLA YA SE HA DORMIDO.

Tenía los ojos verdes,
como verde pradera
en un mayo florido.
Eran perlas sus dientes,
su cabello era trigo
y su piel era seda
del color de las rosas,
de jardines perdidos.

Música su sonrisa,
sus lágrimas rocío.
Su vida era la vida,
que ya no está conmigo.
Se quedó entre mis brazos
su cuerpo desvalido
y se escapó su alma
camino del olimpo.
Dos noches y dos días
me engañé con su frío.
Le eché la culpa al viento,
que soplaba del norte,
gimiendo como un niño
y a las heladas noches
del invierno dañino,
y al callado silencio
del amor comprendido.
Pero todo fue inútil.
Ni una triste sonrisa,
ni el más leve gemido,
solo aquella mirada,
que miraba al vacío.
Cuando se la llevaron,
los golpes en la espalda
me hicieron comprender
lo que yo había temido,
y un grito de dolor
desgarró mis sentidos.
Uno de aquellos pocos,
que fueron mis amigos,
me acercó una botella
y sentí que bebía
una mezcla salada
de lágrimas y vino
y una paz muy extraña
se apoderó de mí,
y sentí un gran alivio,
mirando aquellas caras
tan tristes y sombrías
que quise que rieran
y cantaran conmigo.
O si no, que callaran,
Que no se oyera un ruido.
La podían despertar,
y se iría como vino.
No le podría besar
sus labios encarnados,
ni esconder en su pelo
los ardorosos míos.
-¿Pero aquí que hacen esos?
El cura, el monaguillo.
¡Que se marchen de aquí!
Que ella ya se ha dormido.
Se lo que piensan todos.
¡Que me suelten les digo!
¡No me pinchen con eso!
¡Por Dios, que no me lleven!
Que ella ya se ha dormido.
¡Díganle donde estoy!
¡Díganle donde he ido!
Cuando despierte quiero
que se venga conmigo.

Antonio Nogales Benítez

2017 Dic 04

Antonio Nogales Benítez
Desde 2017 Nov 28

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