Eliza

Loores Princesa, a usted entono. Su
alborada piel, acicala mis sueños; mis
alienados pensares, de noches tranquilas.
Me enamoré de su ser, soñando una vez.
Ojos en donde perdí la razón,
Dios, en un hermoso ángel colocó;
ibídem dejó belleza y perfección.
Orate volvió, mi corazón de amor.
S
lindas y dulces, que alguna vez,
ataron mi vida a ese encuentro
beldoso y divino, de amar y soñar.
Edulcoró mi vivir, su existencia,
nunca imaginé algo mejor...
Dios me dio, lo más lindo del mundo;
irresistible su encanto. La amé.
Gabanes cálidos, sus abrazos fueron;
ahora sé, lo que es su calor.
Hermosa Princesa, mi Linda Doncella;
en su mirada, me pierdo de amor.
Risueña Monarca de mi corazón,
mi alma describe, su tierno mirar, y
once mil veces jura que es,
suya completa; refugio, nidal.
A alhelí su aroma asemeja,
Preciosa fragancia, de la más dulce flor;
ruboriza su rostro, una bella sonrisa,
idilio sagrado, para un trovador.
Nívea y adorada Princesa mía,
cientos de amores Usted tendrá; y
en cada uno amor hallará; pero ninguno
se atreverá a amarla, como lo hago yo.
Alicaté mis pensares con tapises, de
mi única musa perfecta (Usted),
invitando a mi vida, llevándola...
... A un sueño hecho real (Usted).
Ahora, no dejo de soñar;
mi alma ríe, ahora sin parar,
orquídeas, azucenas y rosales,
rinden tributo, a la Reina de mi vida...
...(Usted)

Conoce más del autor de "Eliza"