EL PSICÓLOGO

EL PSICÓLOGO
Vivía en la capital en una comuna muy emergente, su consulta se encontraba en el centro mismo de la ciudad. De pronto se observó en su escritorio, mirando el calendario, tenía fecha 4 de enero del 2014 el día de su cincuenta y dos cumpleaños. Estaba con un arma en la mano puesta sobre la sien. ¿Clip o clap? era la pregunta. En segundos, toda su vida se pasó en imágenes por su cabeza.
Era hijo único, muy feliz con sus padres un poco mayores. Vivían en un pequeño pueblo al sur de Chile. De niño nunca estuvo falto de nada, su familia era modesta y le daba mucho cariño.
Siempre fue muy estudioso, el orgullo de sus padres. Recordó períodos de su niñez, cuando salía por las tardes con su padre a tirar piedras al pequeño riachuelo. Era cuando recibía los mejores consejos, cuando aprendió valores y principios que de grande serían inquebrantables.
Estudió en la universidad y sacó las mas altas calificaciones, su pasión era la psicología, así que la hizo su asignatura favorita.
S
Todo iba relativamente bien, hasta que recibió la triste noticia del fallecimiento de su padre, su referente. Era lo más doloroso que podía soportar, se vio en un banco un día de lluvia, bañado en lágrimas totalmente desolado. Alberto era su ídolo, lo adoraba y perderlo era como perder un trozo de su propia existencia.
Una noche su madre le cuenta un gran secreto que estaba encerrado bajo siete llaves.
_Hijo, no sé cómo vas a recibir esta noticia, pero, tengo que expresarlo antes que me muera. Nosotros no somos tus padres biológicos. Te criamos como un verdadero hijo, sin embargo, tienes a tus padres vivos.
Mas para Rodrigo, sólo existía un padre, el que había tenido.
La madre siguió con la historia:
_ Fue un momento difícil para la familia. Tu madre y tu padre estaban bebiendo y drogándose cuando te engendraron y bueno naciste tú en ese desenfreno de dos adolescentes, sólo que ellos eran hermanos. Los que conoces como tus tíos son hermanos de tu padre. Tus abuelos decidieron que era lo mejor. Entregarte a nosotros que no teníamos hijos para criarte como nuestro, sin que tú supieras la verdad.
Hubo un gran silencio, fue como un balde de agua fría. Se lleno de espasmos su cuerpo, su mente estaba distorsionada, se colmaba de pensamientos que le atormentaban.
Todo lo podría soportar, sin embargo, esto salía de todos los límites. En su carrera había oído de todo, no obstante, algo así nunca. Él, que siempre estaba ayudando a la gente a salir de sus problemas, los casos más complicados los derivaba a psiquiatría, siempre había una solución.
Solo que ahora él era el afectado, no obstante, no sabía cómo superar este shock que había recibido. Tan orgulloso que estaba de su familia, la consideraba ejemplo de imitar. ¿Cómo podía hacer frente a esta situación?
De pronto recordó a un hombre que vino con un arma en la mano a confesar que mataría a su mujer y a su mejor amigo, pues los había sorprendido juntos. Sin embargo, después de oír sus consejos, dejó el arma en la consulta, y se marchó con otra mentalidad.
En su cabeza entraban y salían pensamientos perturbadores, estaba destruido por dentro.
Aún tenía en su mente la amargura de la noche anterior, cuando les había confesado a sus hijos que eran adoptados como él lo había sido.
Atardecía y en su consulta, seguía con su arma llorando, recordando, meditando su clip o clap…
Conoce más del autor de "EL PSICÓLOGO"