Desde el andén.

DESDE EL ANDÉN.

(La vida es un proyecto inacabado,
un suspiro, una ilusión…, una flor
prestada, que se pudre con el tiempo,
entre la tierra que Dios nos dio)

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El tiempo, los meses, los años…,

ese tren encadenado que pasa
sin pararse por mi lado, arrastrando
mi historia, mis aciertos, mis errores,
mis tristezas y alegrías…, mis sueños,
mis amores, el peso de mis culpas,
mis miedos, mis iras, mis pasiones…,
terminó por doblegarme, ajarme
el alma y el cuerpo por completo,
con su silbido grave y prolongado
con su humo espeso y negro.

Su paso, aplastó el tallo de mis
flores más hermosas, los sueños de
mi infancia, los lirios de mi fuente…
y sesgó las ramas de mi árbol verde,
y secó los cauces de mi sangre y
apagó las luces de mi mente…
Y me zarandeó con su viento impetuoso,
dejándome tendido en el andén de
esta vida procelosa, donde el
cemento es el mantillo que nutre
la existencia de los hombres… y sus raíles
dos puñales largos, que se clavan en
la lejanía, donde la incerteza se
abraza al horizonte…

El tiempo, los meses, los años…, me
dejaron doblegado, con la vista
y la esperanza prendidas de los
cielos, que brillan como un remanso
de paz y aire, como un beso azul,
como un edén muy limpio y claro, a donde
un día llegaré en otro tren sin
retorno, en su último viaje.

Autor: Francisco López Delgado.
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