COMEDIA HUMANA (POEMA 70)

COMEDIA HUMANA

Si cien veces me rechazaras,
cien veces te ofrecería mi corazón, para que lo aceptaras.
Porque aprendí a enamorarme de tus sonrisas,
aprendí a reír, a saltar, a bailar, a deleitarme con tu manera de ser,
a llorar de alegría, a disfrutarte con atrevimiento.

Si cien veces me hirieras con tu indiferencia,
cien veces te ofrecería mi amor, para que lo sanaras.

Porque cuidarte con esmero es mi mayor ilusión,
podría dedicarte el tiempo que sea necesario para que tú seas feliz
y comprendí que el amor es responsabilidad,
aprendí que amarte es más que un sentimiento, es un compromiso.

Si cien veces me mostraras frialdad,
cien veces saltaría de alegría, para que me acariciaras.
Porque aprendí a dejar de lado los miedos, a abrirme a la pasión,
a sentir las cosas más lindas que un hombre puede sentir por una mujer.

Si cien veces me lastimaras con tu desprecio,
cien veces te daría mi alma, para que la sanarás.
Porque aprendí a quererte de la manera más responsable y más tierna que se pueda concebir,
aprendí a seducir a tu cuerpo, a encadenarme a tus caricias.
Aprendí a ser feliz tocando tu piel y al hacerlo,
ponerle toda la atención del cielo.

Si cien veces me abandonaras,
cien veces te amaría, sin condición ni medida.
Porque aprendí a tenerte cerca de mi corazón, a soñar los más bellos sueños,
aprendí que el amor es un viaje lleno de sorpresas y lo más trascendente de todo,
comprendí el significado de la palabra: "amor".
También, aprendí a sentir el roce de mis manos en contacto con tu piel,
esa magia y el encanto de tu hermosura.

Aprendí a buscar tus labios con imaginación y en cada uno de tus besos,
aprendí mil sueños de sublime dulzura, a disfrutar de tu adorable inocencia,
entonces, si cien veces te besaría, cien veces mi corazón se rendiría a tus besos.

Si tus caricias me las enviara la vida, cien veces las recibiría con amor
y si cien veces me acariciaras,
cien veces daría mi alma para que lo hicieras de nuevo
y si cien veces me tocaras, cien veces te diría que sí, hazlo de nuevo.

Aprendí que el afecto habita en las palabras, en los gestos, en las actitudes,
aprendí que todo lo impregnas con tu cariño, de tu fantasía.
Aprendí a familiarizarme con las cosas más lindas y exquisitas del mundo entero
y te pediría que cierres los ojos y me ames con delirio y deseo sin fin,
te pediría que me toques más, mucho más...

En esta comedia humana llamada vida,
el viaje es una experiencia inolvidable,
nadie se va sin derramar una lágrima o despertar una sonrisa.