Carta uno

Toma una duda inerte y acúsala con la noche estrellada,
Los misterios de la ribera no se ocultan tras las faldas de los bares.
Porque las doncellas no duermen, sueñan, y la otra mitad se ahoga con las mentiras de los hombres.
Sí fueras una gota de tinta en esta hoja, serías un sinfín de cosas hermosas
Que tomarían forma con los trazos de estas letras.
Pero, tómala.
Un arcoíris no puede pintar el cielo, aunque lo aparente,
Y las nubes jamás cambian el azul.
Sí el empíreo tuviese una gota de agua, no te mojaría la belleza.
Porque sí la luna fue cortada con tu ameno rostro,

¿Qué le ha pasado entonces a la tierra que tuviste de cuna?