BOLOGNESI (DEL POEMARIO HÉROES DE MI TIERRA)

BOLOGNESI

Nacido en el noviembre del 1816,
De Juana Cervantes y Bolognesi Andrés,
Siendo el séptimo de ocho.
De niño espectador, junto a su
Padre presenció, el acta de independencia
Que en plaza de armas se plasmó,
Frente a San Martín, que inflamado gritó

D

el acta de la independencia,
De allí nació su influencia, por la libertad
Y por Dios
Experimentado en batallas,
Campaña de El ecuador, Bolivia
Y contra España, de artillería su arma
Fue el señor del cañón.

Estallado el conflicto y siendo a filas
Llamado a pesar de su retiro, por el servicio ya cumplido.
Al mando de la defensa, responder
A la insolencia y Mandando a por culo,
Al intimidador Juan de la Cruz Salvo,
Quien pedía de los patriotas Abdicar, a su valor.

Pero retumbó en el salón, al pedido
De rendición: “Tengo deberes sagrados
Que cumplir y los cumpliré
Hasta quemar el último cartucho”.
Sin ayuda, nacen voces de traidores en las
Líneas, Agustín Belaunde y Segundo Leiva,
La capitulación y la ayuda que nunca llega.
¡Apure Leiva!, ¡Apure Leiva!,
! Apure carajo Leiva!

El coronel Bolognesi, junto a
Dos mil valientes soldados, Junto
Al estado mayor, respondiendo
Con honor, al pedido de rendición
Del chileno invasor. Bombardeo sobre,
La ciudad, gran resistencia pondrán,
Los granaderos de Tacna y artesanos de Arica.

Por el este se descuelgan, las hordas rotas
Henchidas, por la superioridad, Que dan sus cuotas,
Y sus ansias fratricidas.
Inmolándose en batalla, Justo Arias Aragüés y el cabo
Alfredo Maldonado. Explotando el polvorín,
Aun viéndose inferiores, Luchan con un gran fervor,
Por qué el amor a la patria de antepone al terror.

Fortificada Arica, fortines de sacos de arena,
La playa, el morro, la costanera,
Y Las balas chilenas apenas llegan a las suelas de sus botas.
Y aun Herido de muerte, en batalla no acongoja,
Rematado, por la bestia sureña, que prisioneros no deja,
A la voz De fusilar a los no rendidos, sin tregua.
Saqueando, los rotos, ungidos, con beligerancia ciega.

Lo sollozará, Manuela con mil tristezas en Lima
Cuando en triste caravana,
Nos lleguen todos, sus restos,
Envueltos, en la bandera peruana.
Descansando con honor,
Con los héroes de las criptas.
Reconociendo el valor, de quien defendió la nación.