ALAS

La noche abre sus alas y desencadena todo su instinto
cabalgando en un cáliz de sangre. La luna suena
como el olvido y el metrónomo de tu cuerpo se acopla
perfectamente a su latido. Caminas descalza
sobre la estela nacarada de un canto lejano
mientras el ojo sin párpados del cielo te cobija
en su inmortalidad. Sepultas tu boca en ese juejo derramado
en tu honor sin dar tiempo siquiera a sentir
las caricias en flor purificante de una alma cualquiera.
Comprimes todo tu mundo en el racimo de estrellas que sueñan

su finitud sobre tu ser. El placer se dibuja
en tu rostro al experimentar con total magnitud
el desbocado firmamento penetrando en tu carne
con la furia de la primera vez. Todo el esplendor
de esta noche de ausencia irrumpe de lleno en tu mente
gritando su locura incontenible a los elementos.
Germinan los poemas a flor de alma entre el capricho
acaracolado de tu silbar iconoclasta
y dan testimonio de amor al infinito cosmos.
La sonrisa se desnuda en tu cara ante magnánimo dolor
que en un instante se ha puesto a tu servicio.
Los humanos quedaron sin entender nada en las profundidades.
Te sabes cradora de futuro y amalgamas
la materia para que surja dentro de ti un principio
a modo de visión antaño enterrada entre las sombras.
Entonces tu nombre se convierte en un Mantra
mientras tu corazón expande luz a todos los lugares
incluso a los confines espirituales del deseo.
Acabas de vivir el compemdio de las sensaciones
bajo los labios infinitos de todas las palabras.