Ya no quiero

Ya no quiero oírte,
cuando me hablas de tus aventuras,
ya no quiero olerte,
aún en mi habitación abandonada,
ya no quiero esperarte,
intentando parecer mil años,
ya no quiero perderme,
costándome una lágrima encontrarme,
ya no quiero...
tu ropa junto a la mía

en la silla de mi tocador,
ni tu cabello suelto junto al mío,
tampoco tus poesías vagas
torturando mi imaginación,
pues ya no quiero pertenecerte
porque sé lo que somos cuando estamos juntos,
pero también sé lo que soy cuando estoy sin ti,
y hace que me cueste ser yo otra vez,
y hace que me duela quererte otra vez.

¡Qué mala dicha de amores imposibles!
pobre de mí cuando se acaben las pilas,
vuelvo a dormir con las mismas almohadas
de sueños, música y melancolía.