VI

Recuerdo el dia de nuestra pelea. Fue una sensación de frío en el cuerpo, también calor en la mente.
Trate de buscarte Senor, pero el Leviathan de mi rebeliones ya estaba furioso.
Quise por algún medio persistir en mis trece abriles o al menos mis veinte,
pero no, ya era un poco muy tarde, ya no me querías.

Al cerrar los ojos, he creído verte ahi aferrado cual mosquito a su manjar sanguíneo
Y me he ilusionado con volver a tu mudo grito de esperanza.
Siempre mudo Dios, siempre sordo y escondido Senor al abrir de mis ojos Senor.

No fue acaso Pilatos quien se atrevió a preguntarte :

que es la verdad ?
He yo de pagar con mis lagrimas la insurrección de mis tropas hambrientas
y sedientas, faltas de pago y sin moral?
Tras la sofocaciones de mis levantamientos viene ese terrible túnel de silencio
otra vez,
y al final del tunel se apago la luz.

Mi Senor,
el mundo sigue su curso
y en cada curso tomado
hay buitres dando círculos sobre nuestras cabezas.

Yo se que hasta los milagros ocurren una sola vez y nada mas.
Solo una vez Oh Lazaro te levantaste!!

C. Cruzalegui.