Una noche y la siguiente
Una noche me encontró solitaria y malherida
me prestó la luz que nacía en su pecho
la magia de unos besos que atrapaban mi respiración
me impregnó de su esencia y contra el viento
me ensenó a navegar en su mar y en él naufragar
Se iluminó la noche y la siguiente, y la siguiente
y entonces supe que lo amaba, que siempre le amé
a través de la luna y su desnudez
a puerta cerrada y entreabierta
Que después de todo fueron testigos de lo nuestro
y de lo eternos que somos desde entonces
que terminamos siendo un secreto a voces...
Sin renuncias, metidos en el alma del otro
con pecados confesos pero sin culpas
y nos hicimos dueños de nuestra realidad
de nuestra soledad y de nuestros sueños
negándonos el uno al otro a perdernos del todo...
Y cada noche repetimos sin falta, muy dentro nos sentimos
nos vamos y regresamos, temblando en un suspiro
nos odiamos y nos extrañamos y nos amamos
sin duda hacemos mutuo caos de nuestros sentidos
enamorados y con la sonrisa de cada latido.
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