UNA NOCHE CON ELLA

El contrapeso de mis sentimientos vulgares son tus ojos cansados y sedados, rojos y pausados. ¿Cómo cansarse de mirarlos? Tomados, prendidos, contrastan con el azul del cielo del día que se asoma.
Tirando a la luna tras de sí.
Tu mirada hundida y mis pensamientos encontrados en aquel bolsillo de perro. ¿Dónde está la perra? ¿Ha muerto? Se cansó de morder mi alma, se cansó de estrujar mi semen, se cansó de mis deseos frustrados, se cansó de mí.
Quiero tomarla en brazos y tal vez ella quiera lo mismo, pero el despunte de este nuevo sol, derritió el rayo fugaz de sus senos. Quiero besarla y decirle lo feliz que fui con ella, aquella noche, tal vez ella quiera decir lo mismo.