Una mujer en prosa
Una mujer en prosa
La media noche tiene hijos,
Entenados malditos y bohemios
Tienen huesos de humo y los ojos más profundos
Que la última obscuridad.
Tengo una mujer en prosa de latidos Aletargados
Que le gusta portar sus botas de caza
Y se ríe de mis prejuicios juguetonamente
Y lame mi oreja recitándome “Je Veux”
Y cada que cruza la puerta me pone un beso en los labios a punto de ebullición.
¡Qué seria del hombre si naciera conociendo los misterios del amor!
¡Más le valiera volver a ser tierra y no desprenderse del cordón umbilical!
Tengo una mujer en prosa a quien conté un secreto obscuro
Y La reconstrucción de mi existencia después de la Posguerra de mi último amor…
Y se carcajeó ¡Carcajeo! Por las calles de la Roma
Y mientras me tomaba con su mano izquierda,
Me dijo:
-deja tus clichés, agradece que el pasado y el futuro no existen pues puedes morir cuando lo dispongas con la llama en el corazón, mientras tecleaba con su mano derecha en su Smartphone “La Pluie de ZAZ” y caminábamos ¡caminamos fumando, con un cielo a punto de llover!
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